(Ofelia muerta de Milliais)
Mi hija solo vio sus fotos calladas.
No siente el dolor de la familia. Sabe cómo es, porque
ella, con su edad, ya ha pasado por la pérdida de algún familiar cercano.
Ya mayor de edad, y solo sabe de sus fotos y de sus
primos, que tienen sus ojos y ciertos aires que les delatan.
Como pasa en mi familia, de los muertos no se habla salvo
pasado mucho tiempo. Pero han pasado 24 años y el silencio apenas se rompe.
A veces pasa el día desapercibido. Hace ya mucho y el dolor
no parece el mismo.
Sin embargo, la fecha viene siempre; todos los años.
Cuando la veo, en el calendario que aparece detrás de la pantalla, no puedo
evitar un nudo en la garganta. Una mirada perdida con humedad en la superficie
de mis ojos.
Ya 24 años. Y la vida sigue; y la pena.