jueves, 26 de junio de 2008
Cerrado por Vacaciones
Quien mejor que Forges para representar las tradiciones de las vacaciones de este país. Y quien soy yo para contradecirle.
Así que, pasaré unos días lejos del ordenador, y de las actualizaciones, y de disfrutar de los paseos que hago por los blog favoritos y que me ayudan a darme cuenta de lo buenos que son, y de lo que tengo que mejorar.
Necesito coger aire... Este año, además de tomarme en serio el blog, estoy viendo que necesito reordenar el interior de mi cabeza. Quizá estas vacaciones sirvan para esto, o no...
Igual aprovecho para plantearme nuevos buenos propósitos con los que empezar septiembre, y que dejaré pasar en la primera quincena de octubre (como mucho).
Me alegra haberme encontrado con vosotros.. Y espero que nos veamos pronto.
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lunes, 23 de junio de 2008
Cuando Harry encontró a Sally (la no amistad)
Amistad es lo que ha conseguido mantener con sentido mi vida. No espero mantener el amor de una persona durante el resto de mi vida, pero espero mantener el amor de una amistad siempre. Y si es del "contrario", mejor que mejor. Creo que mis mejores amistades han sido siempre mujeres. Sirve, entre otras cosas, para tener otro punto de vista.
Me encanta como transcurre esta película. La empecé a ver con desgana y me encontré con una película muy divertida, con escenas como las que os dejo.
Que las disfruteis...
Imaging
jueves, 19 de junio de 2008
Entre Copas
(He cambiado, por razones de fuerza mayor, el fragmento que tenía originalmente; Este fragmento tiene una conversación muy especial, de pinot noir)
No sé el momento exacto en el que beber una copa de vino, significó algo más que beber por beber. Pero ese momento existió. Quizá en un restaurante con amigos, en el que el sibarita del grupo pidió un vino especial... o quizá en una cena romántica, en la que decidí cambiar el rosado de la casa por alguna botella de vino con más nombre, o más precio. O en un momento de soledad, con música de Mussorgsky, o de Pink Floid, qué se yo, con la noche al fondo, decidí que era el momento de abrir esa botella que nunca tenía el momento adecuado para beberse.
O quizá fueron todos esos momentos.
Esta película entró en mi vida de igual manera. Quizá fue el momento de reencontrarme con un cine diferente, de perdedores que, a pesar de todo, intentan conseguir su felicidad. Y que también tienen su momento en el que el amor llega, a pesar de todo. En este fragmento me identifico tanto con él, que me dan ganas de... otra copa de vino (con uva Pinot Noir, por supuesto).
Y, al igual que con las canciones, está película la compartí por primera vez con alguien con la que compartí durante breves meses nuestras heridas, y durante el resto de mi vida, un trozo de mi corazón...
Que la disfruteis con una copa de vino.
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lunes, 16 de junio de 2008
Soñando
Tengo el dormir profundo; duermo con tal intensidad que podrían pensar que muero durante la noche. Este dormir tan profundo me hace pensar que es un sueño austero y pobre, porque no me deja soñar los sueños que se producen mientras duermo.
Dicen que todos soñamos al dormir. Que existe una fase durante esas horas en las que no controlo ni cuerpo ni mente, en el que funcionan a su ritmo y eligen cómo colocar lo vivido, o lo imaginado, dentro de ti. Y el cuerpo actúa, o no, en consecuencia.
Recuerdo aquellas noches en las que me levantaba sudoroso y con unos ojos clavados en mi cara, esos ojos verdosos de la fiebre;o cuando pensaba que me iba a tropezar con un escalón y me despertaba del susto de esa caída imaginaria.
Hubo momentos que, estando en el sueño, oías a lo lejos el pitido del tren que se acercaba inevitable, hasta que, justo antes de que te atropellara, te levantabas de un brinco... maldito despertador.
Ahora sigo durmiendo, pero no recuerdo que mi mente mantenga y trabaje con mis recuerdos, o mis fantasía por la noche. No recuerdo nada de lo que sucede durante esas horas. Sólo el apagado eco del despertador,o alguien que, quizá duerma a mi lado y que me despierte para recordar que el despertador esa mañana no ha sonado.
Incluso, en momentos en los que esta falta de sueño me perturba,intento hacer algo que mi mente recuerde antes de dormir, para ver si puedo obligarle a soñar. Ver "El exorcista" de madrugada, para que mi mente tenga miedo y que sueñe, o que tenga pesadillas que yo pueda recordar.
Sé que, tanto los sueños como las pesadillas (estas menos) se olvidan aún recordándolas por la mañana.
Pero al soñar es como si supiera que, mientras duermo, vivo. Soñar, sueño muchas veces despierto. Igual debiera dejar de hacerlo para permitirme los sueños nocturnos.
Luego, si sueño alguna vez, tampoco sé interpretarlos... o los interpreto a mi conveniencia...Las serpientes que se pasean junto a mí, o la despedida de ese desconocido que conoces perfectamente en el sueño... o los tropezones, o los trenes... o los sueños que luego vives en la realidad (que alguna vez ha pasado)...
Ayer, sin embargo, soñé.. Me vencía el sueño, tras una larga jornada familiar, en la que, probablemente de manera consciente y meditada,bebí un poco más de lo que el buen juicio aconsejaba.... y, aunque durante la tarde y la noche solo bebía agua, la verdad es que el whisky de malta me maltrataba el cuerpo, y decidí acostarme...
Y soñé... nada particular; escenas de la vida cotidiana, con personajes absolutamente desconocidos, que eran íntimos. Conduje toda la noche por un bosque bastante oscuro. La verdad es que era un sueño oscuro... Bebí, reí... me preguntaba de manera trascendental cosas como quien compraría el pan... Supongo que lo que me alegra es pensar que puedo recordar un sueño tan largo...
Y entraste tú. Estaba en un restaurante, y tú en el sueño eras una desconocida. No sabía de ti, ni tú de mi... pasaste de largo la mesa en la que me sentaba en el restaurante. Recuerdo que entraba luz por unos ventanales enormes, con cristal traslúcido. La luz te daba de espaldas, y te recubría con una especie de halo alrededor del cuerpo. Te vi pasar junto con más personas.. una celebración, quizá.
Te miré, y mi sueño, un poco después se desvió a otro punto... que no recuerdo, quizá la comida que comía.
Al poco, aunque pasaba bastante tiempo en el sueño, te volví a ver, en otro restaurante, y esta vez te sentabas a mi lado... me sonreíste, mientras te servía vino en la copa. No sé si hablábamos o sólo nos mirábamos. El resto que tenías alrededor era oscuridad, solo había luz en tú mirada... Brindamos y nos acercamos tanto el uno al otro que sentía el olor del perfume que te había puesto en el cuello.
Al cabo de un segundo estaba fundido en tus labios, debajo de unas sábanas de raso... notaba el sudor que surcaba mi espalda, y cómo te estremecías en mis brazos; notaba como la intensidad del momento, me retorcía en mi cama, y sentía que tú cuerpo se fundía de sudor y piel desnuda, mientras, no sé de que manera, el camarero del restaurante hacía sonar, de manera insistente, una campanilla avisando que si
queríamos un postre...
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