miércoles, 30 de julio de 2008

Sueños de Hotel



Creo que me acababa de despertar.
La habitación estaba totalmente a oscuras. Nada de luz; ni siquiera se adivinaba una pequeña franja iluminada que se dejara ver a través de la gruesa cortina que tapaba ventana de la habitación del hotel.
Oscuridad total.
Silencio casi completo. Sólo se escuchaba la respiración acompasada de ella, que dormía plácidamente a mi lado.
En mi cabeza, sin embargo, se agolpaban las palabras que mis pensamientos lograban hacer brotar constantemente y producían en mí la sensación de estar rodeado de personas que me hablaban de lo que sucedió. Quizá demasiado vino.
No sé que hora era; tampoco me importaba demasiado. Sin necesidad de cerrar los ojos, veía claramente lo que había sucedido un tiempo antes.
Ella se encontraba a mi lado.
El destino sería. Y el destino se aliaba persistentemente en darle la razón…
Ella era alguien conocida, y sabía que nos habíamos mirado con ojos de conocernos. Nos conocíamos desde… desde el momento necesario en que nos necesitamos. Pero era ahora cuando nos habíamos encontrado de verdad. Era ahora cuando compartíamos pensamientos, confidencias.
Antes parecía que era una relación en la distancia. Ahora existía una complicidad mayor de la que he tenido con nadie, y era difícil poder separarme de alguien que me aportaba tanto.
Deseo. Sentí miles de momentos deseo por que ella y yo nos fundiéramos en una sola persona… durante instantes, la habría besado… vergüenza, pudor, miedo a perderla definitivamente… qué se yo.
Todo esto se me agolpaba en la cabeza mientras ella dormía a mi lado. Y yo me mantenía en la misma posición, tumbado, desnudo y con un creciente dolor de cabeza
Soy muy malo expresando sentimientos. Me muestro más racional para no ser demasiado efusivo, y con ella, púes hago más caso a lo que me dice con la voz que a lo que a veces me dice con esos ojos.
Pero sucedió; conversación cómplice, un poco de vino, deseo de ambos por descubrir si existe algo más….
La acaricio en los hombros, en la espalda. No pensé nunca que fuera a pasar. Me da miedo pensar que no vuelva a pasar.
En esa habitación, mientras la acaricio la espalda, me pregunto si tendré la suerte de volver a traspasar la línea.
Supongo que desde que vi aquellos ojos, no he vuelto a ser el mismo
Los sentimientos me dicen que necesito besarla… pero no porque hoy la he besado y he hecho el amor con ella… sino porque siempre la he querido besar y siempre la he deseado.
La miro la espalda, la cara… la acaricio con las yemas de los dedos partes del cuerpo antes desconocidas para mí; pienso que si pierdo la oportunidad de volver a amarla, me arrepentiré toda la vida…
Abrí por fin los ojos. Nadie en la habitación del Hotel. Con pesadez mire el reloj que había abandonado en la mesilla de noche… las tres y cuarto, ¿de la mañana o de la tarde?. ¿A qué hora me acosté…? soñaba con ella. Volví a cerrar los ojos.
Quizá el sueño seguía allí, esperándome.

5 comentarios:

Mencía dijo...

Brutal niño.
Me ha encantao.

Sigue soñando aunque sea solo una excusa para vivir.

Besos.

Mencía dijo...

Ays los cuadros ...

Miguel dijo...

Gracias Mencia. Seguiré soñando, aunque en algunos casos me traigan pesadillas.
Un beso

LU dijo...

Esos sueños son tristes cuando en ese momento inicial descubres que la realidad es la habitación vacía; pero, por otro lado, son sueños, por lo menos a mi me pasa, cargados de fuertes sensaciones: tacto, olor, todo un complejo entramado de sentimientos, más allá de algo que recordar mientras desayunas o lees la prensa.

Me gusta soñar, dormida y despierta.
Besos

Miguel dijo...

La dama se esconde... me encanta soñar. Es una de mis maneras de ver las cosas con el prisma que yo quiero. Aunque luego venga la realidad a ponerme en mi lugar
Besos