Los pensamientos de la mente mantienen el resto del cuerpo despierto. A veces se distrae y permite a los ojos cerrarse, intentando llevarse consigo al resto de los miembros que me forman como animal. Pero es sólo un instante... con rapidez increible vuelve a mandar imágenes y pensamientos que obligan a los ojos a abrirse y al resto del cuerpo a estremecerse.
A veces se adormece con drogas, medicadas o bebidas, y deja que la parte más animal de mi ser salga a la luz y aparezca por ráfagas.
En esos momentos me reconozco. Sé que tras la mente atormentada de sueños imposibles y de carreras interrumpidas, está la persona que debiera despertarse tras un sueño reparador.
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