viernes, 29 de agosto de 2008

Dejé de ser niño


(C. Monet. Estación de Saint-Lazare)

Dejé de ser niño a los doce años.
Mi existencia viajaba en un carro de ruedas cuadradas; no sabía lo lenta y triste que era mi paso por el mundo hasta que, la coincidencia, el destino, la casualidad, o porque así lo dispusiste tú, nos cruzamos.
Mi tren, de camino a un campamento de verano, se retrasaba. Mis padres esperaban conmigo a que el tren iniciara el camino de mi destino, y de su descanso. Un mes sin mí, eran unas vacaciones para ellos; para experimentar lo que se siente sin lo que se interponía entre ellos, cuando las tormentas arreciaban, o la falta de sueño desvelaba también sus caricias. Aunque yo qué sabía que era sentirse así.
Ni sabía nada de amor ni de niñas. Yo no sabía nada de ellas. Sólo que no eran como nosotros. Mis doce años eran de ignorancia y fútbol. De carrera de chapas y peleas. Las chicas estaban para dar visiones distintas de las cosas, para hacerlas chillar, y para incordiarlas intentando mirar por debajo de su falda y ver el color de las bragas que llevaba.
El arcén 7, las diez y cuarto, de aquel sábado caluroso, te vi llegar con ese aire entre coqueto y ausente. Con cierto desparpajo llevabas la voz cantante en el camino al tren; tus padres, buscaban, detrás de ti, el camino al vagón adecuado, que resultó ser el mío. El viejo y verde vagón que me llevaría en el mismo destino que el tuyo. O que, al menos, se acercaría.
No pude evitar mirarte, no pude dejar de seguir tus pasos con mi cuerpo, y que se me abriera un poco la boca, como el tonto que era con doce años. Lo que estaba viendo no era una niña; no como las que había en el barrio. Tú eras diferente.
Tu mirada, tus ojos marrones oscuros, tu forma de moverte. No… eras definitivamente extraterrestre.
Por fin anunciaban la salida del tren… “que efectuará su salida desde el andén 7, dirección Badajoz, y que efectuará paradas en Talavera de la Reina, Oropesa, Navalmoral…. Trujillo…..Badajoz”. Mis padres me empujaban con el ansía de que no perdiera el tren, y su oportunidad de soledad. Yo no dejaba de mirarte mientras subía por los empinados y altos escalones del tren. “Adiós hijo, pásatelo bien” me decían mientras me daban un beso de soslayo y me sentaban en el asiento corrido, asignado para mí. Mi padre dejó la maleta en la rejilla de arriba, y se precipitaron al arcén de nuevo para despedirse y asegurarse que me quedaría en vagón. Tus padres estaban junto a los míos, pero tú no estabas. Yo miraba entorno suyo, ignorando a mis padres, por si te veía.
Te sentaste frente a mí; alguien te subió la maleta y me miraste y miraste a tus padres para despedirte con la mano.
Volviste a mirarme…Hola, me dijiste; apenas salió de mi voz la palabras de saludo. Sonreíste.
Mis padres se preguntaban porque dejé de mirarles cuando el tren se iba.
Y es que no se daban cuenta de que estaba mirando fijamente a mi destino; y que ya no sería nunca más ese niño tonto de 12 años.

12 comentarios:

Mencía dijo...

BRUTAL.
Escribes muy bien niño
Muy dulce.

Miguel dijo...

Gracias Mencía; tú que me miras con buenos y dulces ojos.
Un besazo

Ana dijo...

Qué bonitos recuerdos y qué bonita manera de guardarlos. Volver a ser un niño...un beso

Pepe del Montgó dijo...

Acabo de concederte el premio Weblog Brillante 2008 porque me gustan tus entradas y su relación con el arte.

eva dijo...

me encantó

LU dijo...

OOOHHHH tierna infancia y ese “primer amor”. Realmente precioso.
Buen fin de semana

Miguel dijo...

Bueno Jimena, ya sabes que no todo es tan real como me gustaría. Pero me gustaría tener recuerdos así. Gracias por pasar.
Un beso

Miguel dijo...

Pepe de Montgo... Me pillas un poco fuera de juego con esto de los premios, que en algún sitio más he leido que se dan.
Te lo agradezco un montón. me da un poco de vergüenza recibir premios, y muy honrado por otra parte, de recibir premios de otro bloggero.
Muchas gracias por el premio.
Y sólo espero que sigas pasando por aquí, si te place.
Un abrazo. Y gracias de nuevo

Miguel dijo...

Eva, a mi lo que me encanta es que te encante...
Un besazo

Miguel dijo...

Gracias la dama se esconde... Cómo olvidar el primer amor. Ese, te puedo asegurar, no se olvida nunca.
Buen fin de semana y no sé si tambien felices vacaciones para ti.
Un besazo

Gattaca dijo...

Creo que todos tenemos aun entre las uñas restos del niño que fuimos y es algo que no se ha de perder del todo, ese punto de niño es adorable, pero ese punto de niño que no tiene nada que ver con la inmadurez... Quede claro oyes!

Un beso, o dos, o tres...

Me gusta mucho como escribes:)

Miguel dijo...

Gattaca, me ruborizas.
Un besazo.