miércoles, 15 de octubre de 2008

Cuadro nuevo


(Tamara de Lempicka. La túnica rosa)

Es un cuadro nuevo.
Cada vez que abro la ventana de la habitación de un Hotel, siempre tengo la sensación de abrir un cuadro nuevo, en movimiento. Nunca me paro el tiempo suficiente como para saber apreciar los pequeños detalles que me ofrece ese cuadro.
Hoy lo abro con la noche cerrada dibujada. Es una noche extrañamente calurosa para el otoño de la mancha. Pero ya no me preocupa pensar si es el cambio climático. Quizá lo sea. O no. No creo que lo sepa nunca.
El Hotel, según lo que veo en el cuadro, tiene vistas a los tejados del pueblo. Pueblo antiguo. Las pocas luces que se intuyen por la estrecha calle que sube al hotel, parpadean sin cesar. La calma es total. Apenas un ronco ruido de un camión de fondo como eco de lo que la autopista que no se alcanza a ver, vomita.
Al cerrar la ventana, descubro el reflejo de la cama en el espejo de cristal, que se encuentra a mi derecha, y que se olvida de mi propio reflejo, tapado con la cortina.
Miro el nuevo cuadro que se me presenta. La cama con las sábanas revueltas, y entre ellas, asoman sus piernas. No son largas, más bien de mujer menuda. Las piernas estratégicamente colocadas para sentirse medio tapadas por las sábanas, y apenas ocultando ese culo que parece dormir medio en pompa.
Su pelo recorre todo el almohadón. Negro, muy negro, da la sensación de encontrarse rodeada de hileras de mechones que salen de lugares imposibles.
No recuerdo como el encuentro casual, el vino compartido, las risas cómplices, nos llevaron a tener este nuevo cuadro en ese hotel, pero ahora, mirando el cuadro, comprendo porque la belleza es femenina.
Me giro en dirección al cuadro, para poder quitar el marco. Creo que me incorporaré al cuadro, quizá descubra matices a este tapiz.

10 comentarios:

Mencía dijo...

Bonito cuadro.

Bonita actitud esa de querer descubrir todos los matices.

Besos.

Pepe del Montgó dijo...

Suelo sacar una foto o un trocito de película desde la ventana de los hoteles que visito y descubres después en casa detalles que con la prisa por salir de la habitación para ver y visitar te habían pasado desapercibidos. Por cierto, en el blog Smoking room no hay nada

Sara dijo...

Ima
ya sabes a que es debido ese cambio climatico!!!!.
y los cuadros de la Lempicka tinen esa sensualidad retro que nos transporta a unos años no tan lejanos.

no me gustaria que te integraras en el cuadro, solo date un paseo por sus matices.

besos.

Miguel dijo...

Me encanta descubrir los matices, Mencía. Es encontrar lo distinto, lo que lo convierte en especial...
Un besazo.

Miguel dijo...

Lo malo, Pepe, es ese momento en el que abres una ventana y te encuentras con la pared descascarillada. ültimamente no abro muchas.
Sé que en Smoking Room no hay nada; pero... tengo la esperanza de que deje, algún día, ese estado de silencio absoluto, y sonría.
Un abrazo

Miguel dijo...

Me encantan los cuadros de Lempicka, Sara; los acabo de descubrir, y me resultan muy sugerentes.
Y no te preocupes, mi paso por el cuadro es solo para descubrir matices, detalles en las curvas.:D
Besazos

Pepe del Montgó dijo...

Ayer y hoy he intentado dejar un comentario en la entrada de Ciudadano Kane pero no aparece el enlace correspondiente. ¿Algún lapsus memoriae?

Miguel dijo...

No lo sé Pepe. He intentado dejar un mensaje y no he tenido problemas. Es más, ya hay un comentario. No sé cual es el problema. Lo siento

LU dijo...

Curioso. Si pienso en imágenes las veo como fotografías, no como cuadros. Me gusta ver los tejados de las casas desde la ventana.
Buen fin de semana

Gattaca dijo...

Bonito cuadro,
voy leyendo, me he de poner al día.

Muchos muchos besos! En besos también me he de poner al día....