jueves, 16 de octubre de 2008

Despertar


(Van Gogh- Habitación hospital Arles)

Me desperté. Estaba en la cama de un hospital. ¡Qué raro! No recordaba cómo había llegado hasta allí. Ni desde cuando. Mire a mí alrededor. Por la ventana entraba una luz intensa. Puede que fuera medio día. Y hacía calor. Mucho calor.
Mi hijo pequeño estaba dormitando en el sofá del hospital. Llevaba chándal. Miré con interés la habitación. Era para mí solo. En las sábanas ponía el nombre del Hospital, Hospital Clínico. Sí, es mi hospital. Tenía sed, pero no tenía la sensación de que las piernas me respondieran.
Juan… le avisé, ¡Juan! Se despertó dando un salto en el sofá. Quiero agua, le dije. No te entiendo, Papá, ¿Qué quieres? Quiero agua. Mi hijo me miraba como no entendiéndome. Agua joder, quiero agua. Ah. Agua, vale Papá, ahora te traigo.
No entiendo qué le pasa. No es tan difícil lo que estoy pidiéndole. Me sucede algo extraño; veo moverse todo como en cámara lenta. Se lo digo a mi hijo que viene con un vaso de agua desde el baño. Tengo la sensación de que las cosas van muy lentas, le digo mientras muevo las manos para darle a entender la lentitud de los movimientos.
Sí, Papá, ya te llevo el agua. Pero ¿Estás tonto, o qué?... que algo me pasa. No me da tiempo a seguir hablando porque Juan me pone en los labios el vaso de agua y me hace beber. El agua se me escurre por la barbilla. No entiendo porque no puedo coger el vaso con la mano. Mi hijo no me deja. Que se te va a caer todo, Papá.
No entiendo nada. Mi hijo me está hablando, y cuando le contesto, no me entiende. A ver si Lola viene, y me echa una mano. Y tu madre, le pregunto; esta vez me entiende a la primera. Mamá se ha ido a dormir, que ha estado toda la noche aquí, contigo. ¿Conmigo?
Toda la noche conmigo. No puede ser. Mi hijo continúa hablando; estas semanas se está pegando una paliza y ya sabes que los fines de semana nos alternamos nosotros. ¿Semanas? Pero qué me está pasando. No te entiendo Papá.
Empiezo a moverme con furia; necesito saber qué me está pasando, y mi hijo no se entera. Debo de estar haciendo mucho ruido, porque la enfermera que acaba de entrar, me está poniendo una inyección… pero ¡Se puede saber qué me pasa!... no es posible que esté… me duermo… No, quiero respuestas…. Hijo, pero…
Me desperté. Estaba en la cama de un hospital. ¡Qué raro! No recordaba cómo había llegado hasta allí.

8 comentarios:

Mencía dijo...

Joder que historia por dios!

Me recuerdas el inicio de la pelicula de la Escafandra y la mariposa ...

Me ha dado pelín de agobio niño.
Espero que no te sientas así :D

Besos

Miguel dijo...

No sé que pasa últimamente; lo que sale del teclado no es lo alegre que espero. Supongo que los dolores de cabeza influyen. Y las pesadillas.
Besos.

Mencía dijo...

Cariño, todo pasa.

Normalmente los sueños, las pesadillas, los escritos esconden secretos que un día, de repente y por arte de magia descubres ... y todo cambia.

Besos dulces que arranquen fantasías más que pesadillas.

Sara dijo...

Ima
sera por que yo tampoco luzco hoy esplendida, pero que mal rollito niño!!!!.
Te deseo los mismos besitos que Mencía, fantasiosos.....

besos y achuchones.

eva dijo...

que recuerdos, no buenos pasé años acompañando en los hospitales, a mi tía un año ingresada, todos mis abuelos, y mi padre, espero no pasar por un hospital en un tiempo muy muy largo.
Besitos

Pepe del Montgó dijo...

Digo como Mencía: joder que historia. Pero debes haberla contado bién porque a todos nos ha enganchado.
Saludos

LU dijo...

Terrible sensación.

Gattaca dijo...

Jopé, da un poco de yuyu la historia esta! Parece la pelicula esa del dia de la marmota que te despiertas una y otra vez en le mismo día, pero al menos en la película era agradable no habian ni hospitales ni similares por medio...

Mas besos... sigo leyendote!