jueves, 9 de octubre de 2008

Si bebo


(foto prestada del blog de mencía)

Si bebo, no conduzco.
Si bebo, las rectas se convierten en curvas.
Si bebo, las curvas son piruetas de una montaña rusa.
Ayer, cuando entré en casa, no había bebido.
Pero recuerdo las curvas del vaso, con mi vino preferido encima de la mesa. Compré las botellas en aquella vinoteca dónde paraba cada vez que tenía que pasar por aquella ciudad. Recuerdo lo bien que me atendía la mujer que la regentaba. Siempre me ayudaba a descubrir los vinos, las uvas; los sabores. Syrah, merlot, Macabeo, Gewürstraminer, pinot noir, Mencía…
Me detallaba los olores que descubriría con aquellas uvas, las sensaciones en el paladar. El tipo de copa, para deleitarme más aún de sus matices.
Pasaba más de una hora aprendiendo, cada vez que pasaba por allí. Y allí descubrí ese vino… un ribera, que no soy de ribera decía. Pruébalo, es del noventa y cuatro me decía. No sé. Un poco caro, pensaba también. Finalmente me lo llevé. Una botella, y una copa que compré en el Carrefour cercano.
Abrí con parsimonia el vino en el Hotel, junto con una bandeja de jamón de la zona, que parecía que acompañaba a la perfección.
A la mañana siguiente cargué el coche con dos docenas de aquel vino.
Lo abría en ocasiones especiales. Lo escondía cuando alguno de mis voraces amigos tenía la tentación de beberse mi escasa bodega en una sola noche.
A alguna mujer que se atrevió a conocer mi cocina, mi casa, mi habitación, se lo daba a probar; prefiero la coca cola Light me dijo alguna también.
Cuando abría alguna de aquellas botellas, me transformaba. Era una amante a la que quería mimar, acariciar. Cada sorbo de ese vino, me inducía a cerrar los ojos, a mantenerlo en la boca, a saborear sus matices. Soñaba que era mujer con matices frutales.
Tan enfrascado estaba en mi mundo de vinos, que me subscribí a una revista que me ayudó a apuntarme a un curso de cata, fuera de mi ciudad, en un pueblecito. Allí pasé el fin de semana que descubrí el Cariñena, el somontano, a ti. Los ojos, la mirada, la forma de beber y saborear el vino. Nos enfrentamos a una cata en la que el vino nos produjo los mismos matices, las mismas sonrisas, y nos acompaño a la cama para descubrir que el vino era el complemento perfecto.
No recuerdo el tiempo que tardaste en visitar mi casa, en alojarte, en ser parte de mi vida. Pero creo que todavía tenía el sabor de tus besos, en aquel hotel rural, cuando tus vestidos ocupaban mi armario.
Pasamos unas semanas cruzándonos posturas y besos; descubriendo matices en el cuerpo de los dos.
Aún así, no saque mi vino, mi amante. No quería pensar que el vino y ella no se llevaran bien, que no llegarán a intimar, y tuviera que beber en solitario, de nuevo.
El vaso tenía dueño; todavía se notaba las marcas que deja el vino en la copa, cuando se ha bebido… NO, lo ha probado… y lo ha probado sin mí.
Las cartas que había recogido en el buzón minutos antes, me temblaban en las manos…
Hola, me dijo desde la cocina, ahora salgo… porqué no te pones una copa de vino mientras, me pregunto, dando por hecho que lo haría. Me desplomé en el sofá, pensando qué haría ahora que se conocían. Bebí de su copa, saboreando como nunca ese pequeño sorbo que mojaba mis labios.
Ella apareció al cabo de unos minutos. He descubierto este vino. Lo tenías escondido. Sí. Esperaba el momento especial para presentártelo. Pero no sabía si te iba a gustar.
Es mi vino preferido. Ya… me dijo con una larga pausa.
Sabes, creo que sé como sacarle partido a tu vino, para que no me olvides…
Me cogió de la mano, obligándome a levantarme… con la mano que le quedaba libre, cogió la botella a medio beber, y me arrastró hasta los pies de la cama…
¿Has probado alguna vez el vino, decantado por un cuerpo?
Si bebo, no conduzco.
Si bebo, solo veo las curvas de ella.
Y sus curvas tienen los matices frutales que nunca pude imaginar que tenía su cuerpo.

17 comentarios:

Mencía dijo...

BUAH!
BRUTAL!!!
BRUTAL.

No hay nada que pueda decirte sobre mi pasión por el vino que no sepas ... mi entrada sobre el tema lo dice todo (y mi pasión por los Riberas de Valladolid).

Recuerdo un curso de cata en el que no escupía ni los malos (así salíamos de aquel sarao).

Sin más comentarios que besos ... de esos que saben a vino.

pd. no me gusta la shirah

Miguel dijo...

Tu entrada, y tu nombre, Mencía... lo dice todo.
Me encanta el vino, y más, en buena compañía. Hoy he podido cumplir varias cosas con el blog... ser más positivo y hablar de mis debilidades...
Un besazo, Mencía
(el Syrah.. lo has probado poco...:D)

Mencía dijo...

Un besazo niño.
Lo he probado sip, lo he intentado. Es más, fijate si la detecto que las veces que eligieron vino por mí segun pruebo la detecto .. deja un regusto a ... almendra amarga que no me mola nada. De todas formas ... seguiré intentandolo.

Besos.
Y sí ... me siento compensada jejejeje.

Pepe del Montgó dijo...

Puedes coger cualquier tema y desarrollar toda una historia llena de sensualidad, aunque en esta me gusta ese punto de erotismo al pie de la cama. Apreciar el vino es apreciar la vida.

Gattaca dijo...

Jopé!!! Pero como me gusta como escribes!!!
Me transportas a otro mundo de sueños y magia...
Me haces volar y es como si sintiera lo que vas diciendo, tus palabras, en fin , no se muy bien como decirtelo, pero es como si yo formara parte del relato...
Me gusta, me gusta y me gusta!!
Dios! Como voy a echar esto de menos!!

Mil besos! de postre, que a estas horas....

Tesa dijo...

... ezsstubendo tessto ¡hics!

Miguel dijo...

Tendré que recomendarte algún vino extemeño para que se te quite ese sabor a almendra amarga...
La excusa, en realidad, es tomarla para disfrutar.
Un besazo Mencía.

Miguel dijo...

No puedo Pepe, aunque me gustaría.
Eso sí, sin mujeres y sin vino, esta vida si que no tendría valor... Abrazos

Miguel dijo...

Jo Gattaca, terminaré por ponerme rojo como un tomate. Gracias por tus piropos. Aunque me alegra más saber que te sirven para soñar.
Estaremos aquí, los fines de semana te podrás poner al día, y estar con los que compartimos nuestros pequeños mundos.
Besazos de siesta...

Miguel dijo...

¿Otra copita, Tesa? :P
Un Beso

Mencía dijo...

Sabes que me dejo asesorar ... anoto todo tipo de recomendaciones vinateras.

Besos y buena tarde!

Sara dijo...

Sabes, probe poco vino, pero creo que seria capaz de descubrir contigo las diferencias, los matices, los olores....de tu vino!!!.
Afortunada la destinataria de ese descorche!!!.

besos, con regustin a ......elige tu el vino.

Miguel dijo...

mmmm... sugerente propuesta Sara. Los matices de mi vino traen recuerdos de sabores de risas y calor de cuerpos... No sé si quedará ese tipo de vino, pero seguro que hay uno que podemos encontrar... juntos!!!...
Jajaja... me pones una sonrisa en la larga tarde.. pena de telefono.
Besos con sabor a... un blanco de rueda, con verdejo de uva... fresquito para calentar la tarde.

Acuarius dijo...

LuZ

Sara dijo...

Imaging
seguro que encontrariamos ese vinito, para que no tuvieras que rememorar , mas risa, ni sabores pasados y que el calor del cuerpo, solo fuera ...presente.

Supongo que la eleccon del vino es la adecuda, lo dejo en tus manos....y mas.

Besos, para que el final del dia sea mejor que la larga tarde..

LU dijo...

La cultura del vino me resulta bastante ajena. Dejo que los demás, con más criterio, elijan por mi y me sorprendan. Mis preferencias sí que son muy evidentes: blanco gallego (Albariño, especialmente), Rioja, Mencia… Me gusta probar sabores nuevos, pero casi siempre mantengo mis favoritos.
Me encantan las vinotecas. Cuando quiero regalar vino me voy a una que está cerca de mi casa y allí me asesoran muy bien. Es todo un universo.
Vino y seducción, excelente combinación.
Buen fin de semana.
Un brindis a tu salud

Penélope dijo...

A mi me encanta el Albariño y el Barrantes (de Barrantes, Galicia), que aunque no tiene tanto pedigrí, está buenísimo. Habitaualmente no lo bebo pero sí me gusta cuidarme los fines de semana con buenas comidas, un buen vino y buenos postres. Ah! y mezclar vino y pasión (el primero en su justa medida), lo mejor.